Ayudar sin ayudar


A veces es difícil entender que a veces debemos tener paciencia con los procesos de la vida.

Cuando era "más joven" (que aún lo soy), me rodeaba de muchas personas que de alguna manera confiaban en mí y compartían sus duras situaciones de vida. En un momento determinado me veía "colapsado" porque no me daba abasto para ayudar a mis amigos, sacarles de sus problemas, darles solución a todos....

Lógicamente esto me llevó a un momento crítico en el que me tuve que replantear cosas en mi vida. Y es así como llegó este texto a mis manos:

"Un hombre encontró el capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder verla cuando saliera de él. Un día, vio que había un pequeño orificio, y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir de capullo.

El hombre observó que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño orificio en el capullo, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado la lucha, pues aparentemente no progresaba en su intento. Semejaba que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del orificio del capullo para hacerlo más grande y de esta manera por fin la mariposa pudo salir.

Sin embargo, al salir, tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar."

Después de leerlo, tuve claro que cada uno debe pasar su proceso y a veces, tenemos que permitir que la persona a la que queremos ayudar, experimente su momento y así salga fortalecido. Desde luego, no es abandonar, es estar al lado animando y acompañando, pero no "quemando" su proceso.


Comentarios

  1. Pues si, la vida de todos debe de tener ciertas dosis de dolor! porque eso nos permite aprender!

    Uno como padre podria evitar que su niño juegue con fosforos! pero a veces el fuego es un buen maestro!

    Abrazos!

    ResponderEliminar
  2. Esta claro que hay cosas que tenemos que aprender nosotros solos.

    Besitos de caramelo

    ResponderEliminar
  3. Gary: Lo del niño le evitaría ese sufrimiento...pero es cierto, el dolor enseña a todos. Parte de la vida.

    Manzana de Caramelo: Desde luego, y a veces por sobreproteger, se hace daño. Saludos!!!!

    ResponderEliminar
  4. muy bonito el relato además de cierto,pues nadie puede vivir nuestra vida,y hay veces que la mejor manera de ayudar a alguien es dejar que se enfrente ante sus miedos y los supere,porque hay que enseñar a ayudarse uno mismo,para no depender de que encontremos alguien que nos saque las castañas del fuego.
    Por eso hay que enseñar a ayudarse uno mismo para que no dependan continuamente de nuestra ayuda.

    ResponderEliminar
  5. ayudar a un ser querido no es hacer las cosas por él, sino dejar y apoyarlo a que experimente solo, por difícil que sea, así valorará y cuidará lo que obtiene....tener paciencia... son los procesos de la vida.

    ResponderEliminar
  6. Así es Anónimo...lo común es perder la paciencia, y ese es uno de los sacrificios que hay que hacer por los que amamos.

    Un abrazo!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Gracias por animarte a escribir!!! Gracias a tu comentario otras personas podrán animarse a sumar otros puntos de vista. ¡Saludos!

Entradas populares de este blog

Los sueños se pueden hacer realidad

Mi regalo para ti: Las 8 publicaciones más populares de mi blog de los últimos 7 años

"Saber que se puede, querer que se pueda..."